La jóven contempla el ramo de girasoles, al igual que esas flores de luz se miran y refeljan en ella.
El sol, que brilla en sus pétalos, guarda la sabiduría, la verdad.
La mujer la descubre al contemplar su belleza, dejandose embriagar por su esencia.
En la exuberancia de la naturaleza, en su vibrante energía y explosión de colorido, recogida por las pinceladas untuosas, plenas, leemos una y otra vez, los secretos que se ocultan precisamente por estar permanentemente al alcance de nuestra mirada.
Pintado con amor por Elvia Cor.
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