Los ocres y sienas recorren los caminos que la vida ha surcado en la
piel de este hombre marinero.
Acaba de escatar el pescado y se ha cortado en un dedo.
Es una pequeña herida que describe su día a día, que no le impedirá, encenderse su cigarro con el que impregnará de color nicotina el retrato.
Pintado con amor por Elvia Cor.
me gusta! Blanca
ResponderEliminarGracias por tu sensibilidad Blanca.
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Besos