Óleo sobre lienzo
No hay duda, que la mariposa al emerger de la crisálida, se posará sobre la belleza de las flores, para alimentar el alma de su néctar.
Mis paisajes se cuajan de flores matéricas, densas, que atrapan la luz en su volumen, para nutrir las emociones.
No se conforman en la delicadeza con calmar el hambre. Pretenden con su potencia y energía, saturar los sentidos hasta saciarlos.
Aquí no hay espátula para crear el relieve, la pintura discurre por mis dedos hasta acariciar la tela.
En el horizonte, siempre la luz, vibrando en el aire.
Pintado por Elvia Cor
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